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Sin embargo, así como son deliciosos, también requieren de un proceso amplio y mucho tiempo de preparación. En este artículo compartiremos algunas soluciones para ayudarte a cocinar tamales de forma más práctica y consistente, logrando el máximo sabor junto a los caldos de Knorr Professional. Pero antes, repasemos la historia y la cultura alrededor de los tamales colombianos.

Tamales colombianos: sus variedades regionales

De acuerdo con los registros que el religioso español Bernardino de Sahagún, el tamal ya existía en América antes de la llegada de los Españoles: las poblaciones indígenas mesoamericanas solían prepararlos para las festividades, y luego empezaron a incorporar algunos ingredientes europeos a sus rellenos, lo que dio origen a una amplia variedad de este plato. Algunos de los tamales colombianos más reconocidos son:

Tamales tolimenses
Originarios de la zona central de Colombia, son de los más populares incluso fuera del país. Los tamales tolimenses están hechos a base de maíz, arroz y arveja, llevan tocino, pollo y cerdo, se envuelven en hojas de cachaco - una variedad de plátano más pequeño - y se acompañan de huevo cocido y una rodaja de zanahoria. En Ibagué, Tolima, cada 24 de junio se celebra el Día del Tamal.

¿Cómo lograr tamales tolimenses sabrosos al mismo tiempo que ahorras costos y tiempo? Aprovecha el Caldo de Gallina Knorr Professional durante la preparación del maíz y las proteínas siguiendo esta receta de tamales tolimenses.

Tamal valluno

El tamal valluno es típico del Valle del Cauca, y tanto el pollo como la carne de costilla de cerdo suelen estar cortados en trozos más grandes que en otras variedades; durante la cocción del guiso para el relleno, elige Caldo de Gallina Knorr Professional para enriquecer la preparación y utiliza Salsa de Tomate Fruco, elaborada con tomates naturales.

Tamales antioqueños

Tradicionales de Antioquia, los tamales antioqueños son los preferidos para celebrar la Navidad en esta región. Esta versión lleva aceite achotado y naranja agria en la masa, y un relleno de carne de cerdo, tocino, papas, arvejas, zanahoria, salsa de aliños y pimientos.

Tamales de Pipián

Los tamales de Pipián originarios del departamento del Cauca son los más pequeños de tamaño, su masa es blanca y preparada con maíz fermentado y también tienen un relleno distintivo: carne de cerdo, maní y papa. Se envuelven en hojas de plátano y suelen servirse acompañados con ají de maní, una salsa picante. Durante la preparación del relleno de los tamales de pipián, el Caldo de Costilla Knorr Professional te ayudará a incrementar el sabor.

Tamal de Córdoba

Uno de los más particulares es el tamal de Córdoba, que es similar al antioqueño, pero además lleva berenjena y está relleno de trozos de pierna de cerdo; según se dice entre los locales, por la influencia libanesa que hay en esa región de Colombia.

Tamal santandereano

Los tamales de la región de Santander también se distinguen por su relleno: a la carne de res, de cerdo y pollo, se le suman garbanzos, uvas pasas, alcaparras. Además, su forma es más alargada, casi un rectángulo.


Tamales santafereños

Estos son los típicos de Bogotá: los tamales santafereños tienen relleno de pollo, costilla de cerdo, longaniza, garbanzos y arvejas. Además de esa combinación de sabores, tienen otra particularidad, ya que estos tamales colombianos se sirven con hogao, salsa que puedes preparar con ayuda de la Base de Tomate Knorr Professional, que está lista en un minuto, con un resultado natural, color y consistencia ideal. 

Tamales colombianos: ¡sorprende con presentaciones y sabores únicos!

Aprovecha la versatilidad de los tamales colombianos para innovar sus rellenos. No tienes que irte muy lejos, solo observa los ingredientes locales y los guisos típicos de tu zona para lograr combinaciones nuevas y únicas.

También puedes jugar con el emplatado. Si los tamales son para consumo dentro de tu establecimiento, no te limites a sacarlos de la olla y ponerlos en el plato. Cada tamal tiene una forma de armado diferente, planos, de moño o rectangulares, atrévete a hacerlos de la forma como mejor te quede servirlos y decorarlos. Atrévete a abrirlos para mejorar su presentación ante los ojos de los comensales si los haces rectangulares, o incluso cortarlos a la mitad para que el interior quede a la vista, al estilo de un wrap. Por otro lado, si son de moño, no los montes en un plato, consigue ollas pequeñas y los sirves abiertos dentro de la olla, una forma muy diferente de presentarlo al comensal.

Intenta colocando salsas o aderezos al fondo del plato, como si fuera un espejo. También coloca algunas hierbas encima de los tamales para jugar con los colores, así como puedes servir rodajas de limón para aportar unas gotas de frescura a gusto. Incluso la misma hoja en la que estaban envueltos los tamales te puede servir para lograr un montaje original.

Ahorra tiempo cocinando los tamales una o dos veces a la semana para varios días. Reserva algunos, espera a que se enfríen y colócalos en bolsas o contenedores separados. Así puedes ir descongelando un contenedor para cada día y podrás ofrecer tamales diarios en tu menú manteniendo el sabor.

Del café a la Navidad

La versatilidad de los tamales colombianos reside no sólo en sus ingredientes y formas, sino en sus diferentes ocasiones de consumo, lo que abre oportunidades para tu negocio. Puedes servirlos por la mañana, junto al café, incluirlo en un menú especial de Navidad, uno de los momentos favoritos para consumirlos.

Así como tengas un puesto callejero o un pequeño o mediano emprendimiento de comidas, piensa en los diferentes tamales como un plato que, seguramente, atraerá la atención de los posibles clientes si logras un sabor único y una preparación consistente a lo largo del tiempo.

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